martes, 7 de julio de 2009

Entre amigos I


Sonreía mientras se arreglaba. Aquella noche prometía. Tenía muchas ganas de conocerles. Hacía tiempo que estaban en contacto, por internet. Habían hablado mucho. Compartían su pasión por el sexo, su mentalidad abierta y el amor por la escritura. Y muchas risas.

Aquella noche, por fin, habían quedado. Cañas, cena, copas... Elia sabía que aquella noche lo pasaría en grande con Alex y Javi. Terminó de arreglarse, imaginándoles. Aún no sabía que aspecto tenían, pero les imaginaba con una cara simpática y una sonrisa pícara. Tal vez Alex un poco más serio... En fin, pronto lo sabría.

Se miró al espejo, aún en ropa interior. En un instante se enfundó en su vestido favorito. Negro, corto, escotado. Aquella noche era para los amigos, pero una nunca sabía lo que le depararía la noche. Rió al imaginarse comentando con ellos posibles ligues... "Elia, ese tío te está mirando el culo." "Ummm pues no me importaría que me lo follara jaja." Sonrió... sí, la noche prometía ser muy divertida.



Pocos minutos después, entraba por la puerta de la cervecería donde habían quedado. A pesar de su seguridad, no pudo evitar sentir ciertos nervios. ¿Cómo serían? ¿Se cortarían los tres, o podrían hablar de todo como siempre lo habían hecho? Miró a su alrededor, un poco desorientada. No se le había ocurrido preguntar como los reconocería...

Pronto sus dudas se desvanecieron. Allí, en el otro extremo de la barra, dos tíos la miraban muertos de risa. "¡Elia! ¿A quién buscas? Jajaja" "A unos amigos, pero no podéis ser vosotros porque ellos están ¡muy buenos!" Rió. En realidad, no estaban mal... Uno -Javi, sin duda-, no demasiado alto, pero con una sonrisa traviesa encantadora y unos ojos azules que lloraban de la risa. Alex, más corpulento y con esos ojos negros, que a pesar de su seriedad aparente tenían un brillo especial.

Se acercó, sonriente. Besos, presentaciones... no se habia equivocado al identificarlos. Silencio... a pesar de todo, estaba cortada. Pero Javi no tardó en romper el hielo: "¡Una ronda, que esto hay que celebrarlo!" Brindaron, y los ánimos empezaron a relajarse. Javi contó un par de chistes, verdes, por supuesto. Alex parecía que se sonrojaba y la miraba de reojo para ver como reaccionaba. Pero Elia lloraba de la risa, los nervios ya habían desaparecido.

Cayeron dos rondas más y la noche apenas habia empezado. Salieron hacia el restaurante. Un mejicano, perfecto. La cena fue muy relajada. Risas, bromas... El camarero no dejó de tontear con Elia. Alex sonreía... "Elia, le tienes enamorado" "¡Es por ese escote que lleva! Jajaja" Javi se partía de la risa. "No... es por esa sonrisa de pendón que le pone cada vez que se acerca." "¡Eh! ¿Me has llamado pendón? ¡Mira el chico tímido! Jajaja" Elia no dejaba de reirse. Se lo estaba pasando en grande. Aquellos chicos eran encantadores, se sentía como si les conociera desde siempre. Ummm y los margaritas estaban deliciosos...

Después de los postres, llegaron los tequilas. Las risas aumentaron, si cabía. Elia se levantó. "¡Venga, vamos a bailar!" Javi se río... "Jajaja. Si consigues que Alex baile te doy un premio." "¿Qué premio?" "Ah... - le guiñó un ojo- eso no se dice..."

Consiguió arrastrarles a uno de sus locales favoritos. Nada más entrar en el local se le fueron los pies. "¡Ohhh! ¡Mi canción! A ver que me dice después... ¡so payaso!" Elia cantaba a voz en grito. Alex la miraba divertido y a Javi le faltó tiempo para sacarla a bailar. Elia casi se mareó de dar tantas vueltas. A los pocos minutos ya estaba sudada y afónica de tanto gritar. Javi no se cortaba un pelo. La agarraba por la cintura, con suavidad, casi como una caricia. Sus cuerpos se rozaban, y Elia sonrió al notar lo que parecía una erección debajo de sus pantalones...

Alex les miraba de pie, quieto, con la copa en la mano, sin siquiera seguir el ritmo con los pies. Elia se volvió y le quitó la copa para dársela a Javi. "Alex, ¡te toca!" Él protestó, riendo. "No, yo no bailo..." "¿Ni siquiera conmigo? Venga..." Y tiró de él hasta que sus cuerpos se encontraron. Intentó guiarle, pero Alex enseguida tomó el mando. Sus pies se movían con torpeza, pero sus manos la guiaban con firmeza, amarrándola a él por la cintura.

Elia se sentía a gusto. Su cabeza quedaba a la altura del hombro de Alex. Podía sentir el aroma de su cuello. Se acercó un poco más, y levantó la vista para sonreirle. Él también sonreía.

Sintió un cosquilleo en el costado. Una mano la acariciaba... apenas con la punta de los dedos, rozando su pecho y bajando hasta su cintura. "Te dije que si le hacías bailar tendrías premio..." Y Javi la besó en el cuello con pasión, mientras seguía acariciándole los pechos casi sin tocarla.

En ese instante, Alex la besó en los labios. Fue un beso profundo y sexual... pero muy dulce. Entre ambas caricias, Elia se estremeció de placer. Le devolvió el beso, acariciando su cuello con ternura, mientras su otra mano guiaba la de Javi hacia su muslo desnudo debajo del vestido.

Aquella noche prometía... más de lo que había imaginado
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